miércoles, 11 de julio de 2012

Please, don't leave me.

Todavía recuerdo la cara de asombro de la gente viendo aquella escena. Me miraban como si estuviera loca, otros me veían llorar y pensaban que solo tenía el corazón roto. Los que pensaban que estaba loca te miraban diciendo "seguramente no haya sido tan grave" y los que me veían como una pobre enamorada, seguramente pensaban que eras un cabrón. y, ¿sabes? Lo eras. Eras un completo cabrón, pero yo a pesar de tener el corazón destrozado, estaba loca. Por ti y a la vez loca de los nervios, histérica, en medio de la calle tirándote todos tus trastos a la cabeza mientras te chillaba lo jodidamente gilipollas que eras y lo jodida que me habías dejado. Tú me mirabas con amor compasión y de vez en cuando decías algo intentado excusarte y aquello solo hacía que me enfureciese más. Recuerdo cuando cogí tu libro preferido de Paulo Coelho, no pude echarme a llorar pensando en todas las noches que me habías leído cientos de sus frases para que pudiera conciliar el sueño, a veces me hacía la dormida solo para notar como me acariciabas el pelo, otras veces resistía a dormirme para que pudieras leerme más frases, y cuando había alguna que adoraba especialmente, te pedía que la rodearas a pesar de conocer esa manía tuya de no pintar los libros. Lo sostenía mientras lloraba y te gritaba "Cómo cojones hemos llegado hasta este punto, eh, ¿cómo? Yo te quierQUERÍA" dije intentando ocultar la realidad, entonces tú me miraste con ironía y preguntaste: "¿Ya no lo haces?" y yo respondí a la vez que te lanzaba el libro: "¡NO!" me miraste con dolor, cogiste el libro, diste media y vuelta y comenzaste a alejarte de mí, y ¿sabes? ahí sentí que te estaba perdiendo, pensaba que a pesar de aquella discusión por unos cuernos, vendrías a pedirme perdón, pensaba que te arrastrarías por mí y que lo arreglaríamos haciendo el amor echando un polvo, pero no, te limitaste a alejarte de mí y yo me quería morir. Comencé a correr hacia ti, sin dejar de llorar, chillando pero susurrando que lo sentía, y que te quería, te diste media vuelta y me miraste, ingenua a la situación sonreí y pensé que vendrías a abrazarme, pero te limitaste a decir: "Hay un momento para dejarlo todo" Se produjo un silencio, hasta para dejarme utilizaste frases de Coelho, suspiraste y dijiste: "Y este es el nuestro". Y lo más doloroso de todo no fue oírte decir aquello, lo más doloroso fue verte alejarte, y saber que te estabas alejando de mi vida. 
Ahora ni siquiera Coelho me hace dormir, y eso me ha hecho darme cuenta que no eran las frases lo que me hacían dormir, era el hecho de que las leías tú. Vuelve, por favor, echo de menos poder dormir, echo de menos tus frases y tu buen humor a las siete de la mañana, echo de menos que odiaras peinarte, y te echo de menos a ti. Pero, ¿sabes? Ante todo echo de menos ser feliz. Y ojalá tú eches de menos alguien que se duerma gracias a tu voz. 





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